El autor es abogado. Reside en Panamá.
El director general de Persecución del Ministerio Público, Wilson Camacho, calificó el caso del Seguro Nacional de Salud (Senasa) como uno de los más grandes que ha tenido la institución, al tiempo que lo catalogó como “siniestro y cruel”. Ningún gobernante de nuestra Era democrática ha tenido el coraje necesario para frenar la corrupción. Si les hubiera caído el peso de la ley a los responsables de los primeros casos, la trama de Senasa no se hubiese perpetrado.
Hoy vemos con estupor que el gobierno del cambio por el que trabajamos intensamente para que llegará al poder, es más de lo mismo y quedará marcado para la historia. El gobierno del PRM inició con el escandalo en educación. Siguieron otros casos como la compra de jeringas en Salud Pública, la compra de pinturas de Neney Cabrera, las estafas con la tarjeta Supérate, el de Intran, los alquileres de locales por Bartolome Pujols, las ventas de municiones en la Policía, entre muchos otros.
Según la descripción de Wikipedia, los crímenes de lesa humanidad son actos inhumanos graves, como asesinato, tortura, violación, exterminio, desaparición forzada y todo hecho inhumano, que atente contra la salud física o mental de la población civil. Siempre y cuando exista un conocimiento claro de que están dañando a muchas personas.
Malversar los fondos destinados para la salud de un pueblo, debe ser calificado, como un crimen de lesa humanidad. ¿Cuántas personas fallecieron por no recibir un tratamiento a tiempo, o falta de medicinas y equipos? Miles de dominicanos fueron forzados a desaparecer antes de tiempo, por la corrupción de Senasa. Es muy lamentable que una persona que ejerce una profesión para salvar vidas, se convierta en agente de la muerte. Dice un refrán popular “lo mucho hasta Dios lo ve”.
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