Reflexión sobre los Centroamericanos y del Caribe

Sabemos que la República Dominicana tiene muchos compromisos deportivos internacionales y que hay un ciclo olímpico a cumplir, pero eso se ha hecho siempre rutinariamente y el Estado dominicano a través del Ministerio de Deportes, como de costumbre, aporta los recursos económicos.
No podemos faltar a la verdad, desde el doctor Balaguer hasta la fecha, todos los gobiernos han sido consecuentes con el deporte dominicano, uno más que otro, es lógico, pero todos han creído en el Movimiento Deportivo Nacional, como vehículo indispensable para guiar la juventud a través de la llamada pirámide olímpica.
Aunque les resulte difícil a algunos actores del deporte, acostumbrados al individualismo, ha llegado un momento cumbre, que exige una responsabilidad extraordinaria: me refiero a los Juegos Centroamericanos y del Caribe a efectuarse el próximo año, con la presión de que los dominicanos vamos a festejar los 100 años de esa justa y todos los ojos de la región estarán vigilando nuestro desempeño deportivo y organizativo.
Sería una deshonra muy grande para el presidente Luis Abinader, quien ha sido un aliado fiel del deporte y mayor traición a los dominicanos, quienes están pagando con sus impuestos la esperada fiesta deportiva, el que fracasemos por falta de integración.
No hay duda de que saldremos bien de los Panamericanos Juveniles de Asunción, Paraguay, y de los bolivarianos que se realizarán en Perú, eso no es tema, estoy seguro que el ministro de Deportes Kelvin Cruz, aportará los recursos y nuestros atletas harán lo que les corresponde, el tema trascendente que nos llena de susto, miedo, sobresalto, duda, inquietud, desasosiego, intranquilidad y hasta de pesimismo en ocasiones, es el de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, 2026.
Lo he dicho hasta el cansancio: el amigo José Monegro está haciendo su trabajo y está entregado en cuerpo y alma, igual actitud ha asumido el ministro de Deportes, Kelvin Cruz, y las informaciones que manejo, es que los trabajos de infraestructuras llevan un ritmo excelente.
Ahora bien, seamos sinceros aunque sea una vez. Eso no es suficiente para lograr el éxito de la justa. Urge un gran encuentro para despejar el camino y hablar sin tapujos, con franqueza, con responsabilidad, sin miedo. El tema a tratar debe ser la ‘’ integración’’ de los federados que se sienten excluidos, con o sin razón. Los presidentes de federaciones y algunos miembros del COD, deben dialogar abiertamente con José Monegro, presidente del Comité Organizador y con Kelvin Cruz, ministro de Deportes.
Kelvin y Monegro tienen la inteligencia y la experiencia para lograr la unidad total en torno a la justa, pero deben actuar ya.