El autor es abogado y político. Reside en Nueva York.
Por Pascual Ramírez
Los desbordamientos de los ríos y cañadas se producen cuando la masa crítica de agua desborda los canales habituales que encauzan las corrientes de agua por derrotero seguro hacia su destino final. La naturaleza mantiene bajo ritmo y cauces controlados los torrentes de agua para que fluyan armónicamente, llevando vida y verdor por donde pasa.
Pero cuando el equilibrio se rompe y las aguas se desorganizan en marchas alocadas, se vuelven destructivas al salirse de sus canalizaciones naturales. Igual sucede con los partidos políticos y organizaciones sociales.
Y esto que pasa en la naturaleza viva, se debe evitar que pase en un partido llamado a representar la verde esperanza nacional. La mejor manera de lograrlo es manteniendo las aspiraciones legítimas dentro de los cauces internos del partido y no ventilar las diferencias externamente, para no darles municiones a los adversarios que viven al acecho de nuestros errores para explotarlos políticamente, en desmedro de la unidad, la disciplina y la integridad de las filas pueblitas.
Es por ello que sin desconocer su trayectoria, méritos ganados en años de lucha militante, derechos y liderazgo, debemos anteponer el cuidado de la unidad organizacional a nuestras ambiciones políticas, para no agitar avisperos que conviertan a la Fuerza del Pueblo en un partido de ponzoñas y aguijonazos.
De ahí, que sería saludable que para no perder el norte y desviarnos del objetivo central que es la conquista del poder para hacer los cambios transformadores e innovadores que reclama la nación, lo más conveniente es cerrar fila alrededor de Antoino Florian (Peñita), el hombre indicado para seguir ocupando la secretaria general de la Fuerza del Pueblo, porque así lo aconsejan las circunstancias actuales y el momento histórico en que vive el partido verde. En este sentido, lo sabio seria, sacrificar, deponer y posponer las legitimas aspiraciones en aras de este objetivo supremo.
Si bien es cierto que la gratitud, es la memoria del corazón, y una de las mejores virtudes del espíritu, el perfil de Peñita encarna algo más que gratitud; su perfil y su figura encarna la esencia misma del espíritu de la Fuerza del Pueblo y la negación del viejo hombre. Su carrera, marcada por la integridad, y su comportamiento accesible resuenan en cada companeros y companeras, traspasando las barreras de categoría y clase.
Su imagen en la Fuerza del Pueblo se erige como un faro, representando las esperanzas y los sueños del hombre del pueblo. Su presencia en la Fuerza del Pueblo es un poderoso recordatorio de que en nuestra organización no existen distingos de razas, credos, o clases sociales. Abrazar a Peñita, no es solo un acto de gratitud, es abrazar el símbolo de nuestra resiliencia y unidad colectivas.
Valores
Peñita ya no puede ser visto como el dirigente del Partido de los Trabajadores, sino como fundador de esta organización transformadora. Sus contribuciones a la fundación de este Partido, van más allá a la mera afiliación, Peñita fue quien se empleó a fondo para que superáramos la intemperie política en la que nos encontrábamos y nos cobijáramos en la actual organización que tenemos, que no es poca cosa, pues somos la segunda fuerza política nacional.
Es hora de reconocer el profundo impacto que Peñita ha tenido en nuestro viaje para que hoy la Fuerza del Pueblo se haya convertido en la esperanza nacional.
Peñita merece un reconocimiento que va más allá de la mera gratitud; él tiene el estatus y derechos legítimo dentro de la Fuerza del Pueblo, igual a cualquier otra persona. Si bien algunos pueden intentar retratarlo simplemente como un miembro del partido, la verdad es que es una figura fundadora y un arquitecto crucial de lo que es hoy el éxito para la Fuerza del Pueblo. Reducir su legado a un simple agradecimiento es pasar por alto las invaluables contribuciones que ha hecho en la formación de esta organización. Honremos su papel fundamental y reconozcamos el lugar que le corresponde entre nosotros, y apoyémosle, a seguir dirigiendo la Secretaria General de nuestra organización.
Peñita no es la mera expresión de la cúpula, o del líder de la Fuerza del Pueblo, Peñita es la expresión genuina de las bases de la Fuerza del Pueblo, las bellas prendas del carácter que adornan su personalidad, a saber: la honestidad, humildad, la cercanía con la gente, el calor humano de hombre de bien que irradia; por su integridad personal que simboliza los valores que identifican y le dan forma a los ideales de la Fuerza del Pueblo, por su entereza ideológica, por sus nobles ideas al servicio del más puro compañerismo, entre otras cualidades, lo hacen el hombre necesario para el cargo a la secretaria general del partido.
Sabemos que la democracia es buena y tonifica los músculos partidistas, pero la meritocracia, no lo es menos cuando se practica basándose en mecanismos de selección o asignación de las posiciones y recompensas en una entidad que reconoce y valore el mérito del individuo.
De ahí, que en la persona de Peñita, debemos recompensar al hombre, al compañero, a sus méritos como hombre de bien, y demostrar que en este partido se premian los valores, la gratitud, independientemente de si viene de abajo o de arriba, esto sin desconocer además, de que es una figura de consenso que su accionar no desune, sino que une; no fracciona, sino que unifica.
De modo, que nos encontramos en una encrucijada. Al unirnos en torno a Peñita, solidificamos nuestra unidad y fortalecemos nuestra organización, posicionándonos poderosamente para la victoria en las elecciones de 2028. Por el contrario, si flaqueamos, corremos el riesgo de caer en el caos, proporcionando a nuestros oponentes abundante munición para los ataques políticos. Con Peñita como nuestro secretario general, ya hemos comenzado a cosechar los frutos de nuestro arduo trabajo y dedicación, allanando el camino para nuestro éxito.
No es el momento de experimentos arriesgados; Mantengamos los pies en la tierra y la concentración. No es tiempo para incertidumbre ni de medias tintas; Juguemos para ganar y apoyemos firmemente a nuestro secretario general. ¡Juntos, podemos aprovechar este momento y asegurar nuestro futuro!
Compártelo en tus redes:
