Dinamarca implementará un impuesto sobre los animales por sus emisiones de flatulencias
Aunque el dióxido de carbono suele recibir más atención por su papel en el cambio climático, el metano tiene una capacidad de atrapar calor aproximadamente 87 veces mayor que el CO2 en un período de 20 años, según la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Los niveles de metano, emitidos en lugares como vertederos, sistemas de petróleo y gas natural, y explotaciones de ganado, han aumentado notablemente desde 2020. El ganado contribuye aproximadamente al 32 % de las emisiones totales de metano causadas por la actividad humana, según el Programa de Medio Ambiente de la ONU.
“Daremos un paso significativo hacia la neutralidad climática en 2045”, declaró Bruus, destacando que Dinamarca será pionera al introducir un impuesto efectivo sobre el CO2 en el sector agrícola y expresando su esperanza de que otros países sigan este ejemplo.
En Nueva Zelanda, una ley similar que había sido aprobada para entrar en vigencia en 2025 fue eliminada de los registros oficiales el miércoles, luego de recibir duras críticas de ganaderos y debido a un cambio de gobierno en las elecciones de 2023, que llevaron al país de un gobierno de centroizquierda a uno de centroderecha. Como resultado, Nueva Zelanda ha decidido excluir la agricultura y la ganadería de su plan de reducción de emisiones, optando por explorar otras estrategias para abordar el metano.
Por otro lado, en Dinamarca, el gobierno de centroderecha llegó a un acuerdo el lunes por la noche con representantes del sector ganadero, la industria y sindicatos, entre otros, y presentó la iniciativa el martes.
Este movimiento surge después de meses de protestas agrarias en toda Europa contra las medidas destinadas a combatir el cambio climático y las regulaciones que los ganaderos y agricultores argumentan que los están llevando a la bancarrota.
La Sociedad Danesa de Conservación de la Naturaleza, la organización de conservación ambiental más grande de Dinamarca, calificó el acuerdo como «un hito histórico».
Maria Reumert Gjerding, líder del grupo que participó en las negociaciones, afirmó: «Hemos alcanzado un compromiso sobre un impuesto de CO2 que sienta las bases para una reestructuración de la industria alimentaria, proyectándose más allá de 2030».
Una vaca típica en Dinamarca produce aproximadamente 6 toneladas métricas de equivalente de dióxido de carbono al año. A pesar de que Dinamarca es un importante exportador de productos lácteos y carne de cerdo, también gravará a los cerdos, aunque estos generan considerablemente menos emisiones en comparación con las vacas.
Fuente. La Voz de América