“Mi hijo Ali murió de hambre delante del mundo entero”
El padre de Ali, un bebé palestino que recientemente murió de desnutrición y deshidratación en el único hospital pediátrico del norte de Gaza, ha pedido ayuda para los otros niños que reciben tratamiento allí, mientras las Naciones Unidas (ONU) advierten sobre la hambruna si las entregas de ayuda no aumentan sustancialmente.
«Ali nació en medio de la guerra y no había comida ni nada para que su madre comiera, lo que provocó que sus riñones fallaran», dijo el hombre, que no quiso ser identificado, en una entrevista grabada para el servicio de radio de la BBC en árabe, Gaza Lifeline.
«La vida de Ali empeoró día tras día. Intentamos que lo trataran en los hospitales, pero no hubo ayuda… Ali falleció frente al mundo entero, que se quedó viéndolo morir».
El ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamás, ha informado de la muerte de 18 niños en toda la Franja desde la semana pasada debido a la desnutrición y la deshidratación.
Al menos 15 de ellos ocurrieron en Kamal Adwan, y el ministerio expresó también su preocupación por otros seis niños que, según dijo, estaban siendo tratados por desnutrición en el hospital.
La agencia de la ONU para la infancia, Unicef, advirtió de que es probable que el número de niños que mueren de hambre aumente rápidamente a menos que termine la guerra entre Israel y Hamas y se resuelvan de inmediato los obstáculos a la ayuda humanitaria.
Según el ministerio de Sanidad de Gaza, el 70% de los más de 30.700 muertos y los 72.000 heridos en la Franja desde el inicio de la guerra son mujeres y niños.
El ejército israelí lanzó una campaña aérea y terrestre en Gaza tras los ataques de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre, en los que murieron alrededor de 1.200 personas -en su mayoría civiles- y otras 253 fueron tomadas como rehenes.
Ayuda a cuentagotas en el norte
Se estima que unas 300.000 personas están actualmente aisladas en el norte de Gaza, donde el Programa Mundial de Alimentos asegura que el hambre ha alcanzado niveles catastróficos porque sólo ha podido llegar un goteo de ayuda.
Los exámenes de desnutrición realizados por agencias de la ONU en enero en Gaza encontraron que uno de cada seis niños menores de dos años estaba gravemente desnutrido. De esos niños, casi el 3% padecía desnutrición aguda grave y requería tratamiento urgente.
La falta de alimentos nutritivos, agua potable y servicios médicos, así como el agotamiento y el trauma causado por el conflicto, también están obstaculizando la capacidad de las madres de amamantar a sus bebés.
Sin leche materna o de fórmula -cuyas existencias, según se informa, son casi inexistentes en el norte- los bebés pueden rápidamente deshidratarse de forma grave y desnutrirse, lo que aumenta el riesgo de enfermedades potencialmente mortales como la insuficiencia renal.
La doctora Samia Abdel Jalil, que trabaja en la unidad de cuidados intensivos del Kamal Adwan, relató en una entrevista para Gaza Lifeline que una bebé y su hermana mayor habían muerto en el hospital con pocos días de diferencia.
«Tuvimos dificultades para conseguir leche para todo el departamento y no sólo para esa pequeña», recordó. «Murió sin poder recibir su pequeña dosis de leche».
Salah Samara, un bebé de cuatro meses, es uno de los niños gravemente enfermos que el doctor Abdel Jalil y sus colegas están tratando de tratar con los limitados recursos a su disposición.
Su madre explicó que nació prematuro y quedó gravemente deshidratado, y que ahora padece una enfermedad renal crónica y retención urinaria, que es muy dolorosa y provoca hinchazón abdominal.
«Me duele el corazón por lo que le está pasando. Es muy difícil ver a tu hijo llorar todos los días por no poder orinar… y que los médicos no puedan ayudarle«.
«Él tiene derecho a recibir tratamiento y tiene derecho a todo lo demás, por ser un niño al comienzo de su vida», añadió.
«[Su] condición empeora cada día. Necesita tratamiento en el extranjero de forma inmediata y urgente. Espero que cualquiera que escuche mi voz ayude a tratar a mi hijo».
Presión internacional
Según el doctor Ahmed al-Kahlot, director del Kamal Adwan, las muertes infantiles de las que ha informado hasta ahora el ministerio de Sanidad subestiman la verdadera magnitud del problema.
«El número de casos de muerte por desnutrición comenzó a contarse hace dos semanas, por lo que el número real es mucho mayor«, advirtió.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, escribió el pasado lunes en X, anteriormente Twitter, que la agencia pudo entregar combustible y algunos suministros médicos esenciales al Kamal Adwan y a otro hospital que visitaron el fin de semana, el Al-Awda, en Jabaliya. Pero advirtió de que estas entregas representaban tan solo una fracción de las necesidades urgentes para salvar vidas.
«Hacemos un llamado a Israel para que garantice que la ayuda humanitaria pueda entregarse de manera segura y regular. Los civiles, especialmente los niños, y el personal sanitario necesitan una mayor ayuda de inmediato. Pero la medicina clave que todos estos pacientes necesitan es la paz«, afirmó.
Los gobiernos occidentales también están aumentando la presión para que Israel haga más para facilitar la distribución de la ayuda. «Debemos llevar más ayuda a Gaza… No hay excusa, ninguna», afirmó el martes el presidente de EE.UU., Joe Biden.
Sin embargo, el martes el Programa Mundial de Alimentos (PMA) aseguró que su primer intento en dos semanas de llevar ayuda alimentaria al norte de Gaza fue bloqueado por soldados israelíes.
La agencia de la ONU señaló que el convoy de 14 camiones que enviaron fue «rechazado» en un puesto de control y posteriormente saqueado por una multitud de «gente desesperada». La BBC se ha puesto en contacto con el ejército israelí para conocer su versión.
El organismo del Ministerio de Defensa israelí encargado de coordinar el acceso de la ayuda en Gaza afirmó: “Continuaremos ampliando nuestros esfuerzos humanitarios a la población civil en Gaza mientras cumplimos nuestros objetivos de liberar a nuestros rehenes de Hamás y liberar a Gaza de Hamás».